Cada año, varios cientos (o miles) de propietarios de vehículos se enfrentan al robo de catalizadores. Pero, ¿a qué se debe la popularidad de este dispositivo, diseñado para reducir la contaminación de los coches de combustión interna? ¿Cuáles son los medios realmente eficaces para evitar estos robos? Cómo funciona realmente la placa de protección antirrobo?
En primer lugar, pongamos las cosas en perspectiva. El objetivo de un catalizador, tanto en los coches de gasolina como en los diésel, es reducir las partículas contaminantes que salen del motor. Lógicamente, el catalizador se encuentra en la línea de escape. El principio de este dispositivo, también llamado catalizador, es producir reacciones químicas a una temperatura determinada. Para ello es necesario utilizar determinados materiales valiosos, que reaccionan para neutralizar las partículas y convertirlas en dióxido de carbono. Entre estos materiales se encuentran el platino, el paladio y el rodio. El precio de estos materiales es especialmente elevado en el mercado y ésta es la principal razón por la que los catalizadores son siempre muy buscados y robados. Pero ¿De quién es el delito?
Los catalizadores son obligatorios en los coches de gasolina desde 1993. Esta fecha coincide probablemente con los primeros robos de estos aparatos. La técnica de robo es relativamente sencilla. El catalizador se encuentra debajo de cada vehículo, en la línea de escape. Por lo tanto, es necesario que una persona malintencionada se arrastre por debajo del vehículo y, a continuación, coja unos alicates gruesos para cortar el tubo de escape y soltar los enganches del catalizador. Por desgracia, se trata de una operación bastante rápida, sobre todo para alguien acostumbrado a repetirla con regularidad. El rápido crecimiento de los todoterrenos facilita aún más que un ladrón se introduzca debajo de un vehículo. Para los coches clásicos, se suele utilizar un gato elevador... Y ahí, a menudo es un doble castigo, porque no es raro que luego se coloque el vehículo sobre un simple bloque, lo que, además, dañará los bajos y la parte inferior del coche. Para los que son víctimas, es un doble castigo...¿Para qué sirve la placa de protección antirrobo?
Aceptémoslo: alguien realmente decidido a robar un catalizador conseguirá su objetivo. Aunque es tentador tener el catalizador encerrado en una auténtica fortaleza antirrobo, es importante recordar que este equipo debe poder ser desmontado por un profesional en caso necesario. Existen, por supuesto, medidas disuasorias, como marcar, o pintar el catalizador para evitar que sea revendido...
La solución más común es utilizar una placa antirrobo. Como su nombre indica, se trata de una placa, con la forma adecuada para cada modelo de coche, que se coloca sobre las fijaciones existentes en tu coche. Esto hace que el catalizador sea invisible. La ventaja de este equipo es que hace que la tarea sea más difícil y lenta y, por tanto, más arriesgada para el ladrón. Es más probable que el ladrón se dé por vencido y pase a otro vehículo. Se trata, pues, de aumentar el número de barreras y obstáculos para evitar los robos. Estas placas también son muy resistentes. Tienen la ventaja de proteger el catalizador de las salpicaduras, ¡lo cual es beneficioso!
Hay muchos tipos diferentes de placas de protección antirrobo disponibles hoy en día. Algunos son de acero, otros de fibra de vidrio o incluso de plástico. Depende del presupuesto que esté dispuesto a destinar a este equipo de protección. Sin embargo, le recomendamos que evite los modelos de plástico. Son un elemento disuasorio, pero relativamente fáciles de destruir para una persona experimentada. Los modelos de acero nos parecen los más eficaces.
En Internet o en talleres mecánicos suele ser posible adquirir una placa antirrobo, a veces por encargo. Se trata de una pieza bastante codiciada. Generalmente, son las personas que ya han sufrido, directa o indirectamente a través de su entorno, las que se interesan por estos equipos. El precio medio de una placa estándar es de 150 euros, pero a veces puede llegar a los 500 euros para los modelos más avanzados.
Para algunos coches, especialmente los híbridos de Toyota, es muy recomendable instalar dicha placa. Los catalizadores de estos modelos contienen una gran cantidad de material valioso, lo que aumenta el riesgo de robo de este equipo. Los profesionales se han centrado en los híbridos de Toyota con el fin de fabricar en serie las cubiertas para reducir el coste unitario.
Sin embargo, tenga en cuenta que la placa de cubierta del catalizador es una barrera adicional, pero no un obstáculo insalvable. Para evitar el riesgo de que te roben el catalizador del coche, lo mejor es guardarlo en un garaje, un cofre o un aparcamiento seguro. Asimismo, evite aparcar a horcajadas en una acera, ya que facilitaría el acceso por debajo de su coche. Durante el día, prefiera aparcar en zonas concurridas. Aparcar en una esquina apartada facilitaría el "trabajo" de un ladrón de catalizadores, ya que podría operar más silenciosamente.
No existe una solución infalible para el robo de catalizadores. Sin embargo, la placa de protección antirrobo es un medio de prevención que no debe pasarse por alto. Dificulta mucho el trabajo de los ladrones, al tiempo que permite una fácil retirada por parte de un profesional. El precio de este equipo debe relativizarse en relación con el coste de un catalizador robado, que a menudo requiere la sustitución de gran parte del sistema de escape. No existen estadísticas reales sobre el robo de catalizadores, pero sigue ocurriendo, debido a los valiosos materiales que contienen.
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